Frecuentemente veo empleados trabajando desmotivados en las empresas en las que están, y muchas veces eso no significa que no les guste el trabajo o la función que desempeñan, sino que han perdido el entusiasmo por lo que hacen. Y cuando dejamos de creer en lo que estamos haciendo, pronto eso deja de tener sentido y eventualmente terminamos desistiendo.
Por supuesto, la motivación no surge de la noche a la mañana y no es algo que vaya a suceder de repente en la vida profesional de una persona, especialmente cuando ya está desanimada, pero es un proceso que el líder debe intentar estimular día tras día, como si formara parte de la rutina de tareas. En algunos casos, acciones simples logran modificar el sentimiento de un colaborador. La diferencia está en la percepción de los detalles.
Sin embargo, el problema comienza cuando el liderazgo empieza a ver el estímulo a la motivación del equipo como una mera obligación. Probablemente te estés preguntando: ¿por qué esto es un problema si dije que debe formar parte de la rutina? Resulta que, a partir do momento em que o líder cree que motivar a los colaboradores es solo un ítem en su lista y que debe cumplirse solo para marcarlo, es señal de que no está funcionando.
Según datos de una encuesta realizada por la consultora Robert Half, cuyo objetivo era entender cómo se sienten las empresas y los trabajadores respecto al trabajo, el papel de los líderes en la consolidación de la felicidad de los empleados se considera muy relevante. Cerca del 94% de los profesionales entrevistados creen que la satisfacción está influenciada por la actuación del liderazgo.
Número bastante significativo, ¿no cree? Eso solo demuestra lo que estoy diciendo: que los gestores tienen un papel fundamental en la motivación del equipo y que algunas actitudes pueden realmente marcar la diferencia. Por ejemplo, la escucha activa por parte del líder es capaz de hacer que las personas se sientan vistas y escuchadas, lo que tendrá un impacto positivo en la forma en que se ven en la empresa.
En este proceso de motivación, los colaboradores necesitan entender que sus respectivas funciones marcan la diferencia para la organización en su conjunto y que juntos están participando en un engranaje grande que permite que el negocio funcione. Y eso solo será posible de entender si el liderazgo señala y muestra que cada uno tiene su valor, incentivando a ser cada vez mejor.
Una de las maneras que tiene el líder para motivar y mantener motivado al equipo es dejar clara la dirección hacia donde van, cuáles son los objetivos y por qué existen. A lo largo de los meses, en las reuniones, este líder debe practicar la escucha activa que mencioné anteriormente y dirigir los esfuerzos de los colaboradores hacia esta misión del equipo que contribuye a la misión de la organización.
Frustrar expectativas también es una forma de minar la motivación, por esa razón, tener las métricas claras que muestran que hemos alcanzado el objetivo es fundamental. Esto facilitará las interacciones, haciendo que las discusiones sean más objetivas y menos cargadas de otros factores más cualitativos que, muchas veces, generan más ruido y distracción que contribuyen a alcanzar el objetivo.