El futuro del trabajo ya está entre nosotros. Con la creciente influencia de la Inteligencia Artificial (IA) y la automatización en diversos sectores, el mercado laboral está atravesando una gran transformación. Cada vez más las empresas buscan profesionales con un conjunto de habilidades que van más allá de las técnicas y que los hagan más adaptados a un mundo cada vez más digital y complejo.
En esta realidad acompañada por los medios tecnológicos más avanzados, ya no existe la separación entre el lado humano y el digital. Es decir, las herramientas y softwares adquieren el estatus de integrantes de equipos, no solo como simples medios para alcanzar objetivos y metas. La tendencia, por lo que hemos observado, es que cada vez más haya una metamorfosis de funciones y responsabilidades, además del surgimiento de equipos compuestos por humanos y por IA, desafiando así las estructuras organizacionales y las formas de trabajo tradicionales.
Este escenario genera muchos debates sobre los posibles desafíos económicos de la tecnología para las empresas y los trabajadores. Hay quienes dicen que la importancia económica del trabajo humano perderá relevancia con los avances de la IA, que asumirá un mayor número de tareas en los próximos años. Dentro de esta lógica, muchos aspectos socioeconómicos serán abordados, como la desvalorización de habilidades, la distribución de ingresos y la creación de nuevas estructuras económicas.
No me pongo en este campo algo bastante pesimista. Todavía estamos lejos de una IA plenamente capaz de realizar funciones importantes, ya sea en el mercado laboral o en la vida en general. Ella todavía produce muchos contenidos equivocados, incluso con modelos de lenguaje cada vez más robustos. Lo que la hace poderosa es su asociación precisamente con la mente humana, capaz de hacer la curaduría y respaldar los resultados producidos por esta y otras tecnologías. Sin el aspecto humano, podemos acabar con una porción de herramientas de uso limitado o poco útil.
A aquellos que, como yo, reconocen que el futuro del trabajo ya ha llegado, vale la pena reforzar lo que está por venir. La IA o la tecnología no quitarán empleos a nadie, debemos eliminar ese tipo de lógica del camino. Sin embargo, esta nueva realidad en torno al mercado exige un conjunto de habilidades diferente, sin importar su área de actuación. Por eso, al desarrollar estas habilidades, estarás mejor preparado para enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades que el mundo laboral ofrece.
Hay números para ayudar a ilustrar lo que quiero decir. Uno de cada diez profesionales contratados este año ocupa un puesto que no existía hace 24 años, según unabuscarde LinkedIn, que menciona roles comunes hoy en día como Sustainability Manager, AI Engineer, Data Scientist, Social Media Manager y Customer Success Manager, pero que no eran los más conocidos, buscados (o incluso existentes) en 2000.
Las principales empresas del mundo comprenden esto. Una serie de CEOs escuchados en unabuscarIBM afirmó que las personas hacen y seguirán haciendo toda la diferencia en sus negocios, pero al menos el 35% de la fuerza laboral tendrá que pasar por procesos de reciclaje y requalificación en los próximos tres años, un aumento considerable en comparación con el 6% registrado hace tres años. Es decir, no se trata solo de aumento de productividad y reducción de costos lo que estamos hablando aquí cuando pensamos en IA.
Otra prueba de que el futuro del trabajo – o quizás aquí también pueda ser el trabajo del futuro – es una inminencia estratégica es la falta de profesionales calificados en algunos campos de la economía y los negocios. Por eso, tan importante como invertir en la capacitación de quienes ya están en su organización es lograr convertirse en un "imán de talentos", y para ello iniciativas como la confianza en los liderazgos, las oportunidades de trabajo remoto e híbrido, las remuneraciones y acciones en favor de carreras y diversidad aparecen como relevantes.
Algunos estudios señalan casos de éxito en aquellos que, en el entorno corporativo, se muestran dispuestos a ser flexibles, resilientes y capaces de transformarse. Según uninformecasi el 30% de las empresas cotizadas tienen éxito al adoptar modelos de trabajo enfocados en la innovación, con tecnologías de punta y una fuerza laboral flexible y distribuida. Estas empresas tienen un 30% menos de gastos operativos, gracias a la automatización y procesos mejorados, con beneficios financieros positivos para el 57% de ellas.
Como toda mudança, puede ser muchas veces incierta y causar una serie de temores. La misma encuesta de LinkedIn dice que el 49% de los trabajadores teme quedarse atrás, con un 64% afirmando que están abrumados por la velocidad de los cambios en el trabajo (en Brasil este dato sube al 87%). Sin embargo, la cantidad de profesionales en busca de cursos y cualificaciones adicionales también está en aumento: el 79% de los brasileños destacan esta búsqueda en sus áreas.
La IA está transformando a pasos agigantados la manera en que interactuamos con la tecnología y con problemas complejos. Tan importantes como los dilemas relacionados con su regulación y gobernanza también es el significado del trabajo humano, pieza que seguirá siendo la piedra angular en esta ecuación que incorpora la potencia digital y los valores humanos básicos. De esta manera, las habilidades seguirán en alza, siempre que exista disposición para reinventarse.