¿Qué te hace permanecer en tu trabajo? ¿Solo un buen salario, o algo que vaya mucho más allá y sea más profundo, que te brinde satisfacción y realización en lo que haces? El propósito de una empresa reflejado en su día a día es uno de los factores más cruciales para la atracción y fidelización de talentos, buscando una verdadera inspiración que motive a cada uno de los profesionales a dar lo mejor de sí para crecer y prosperar. Características, esas, que deben estar claramente reflejadas en la cultura corporativa para elevar el rendimiento y la productividad de cada uno.
Según un estudio realizado por TOTVS en colaboración con H2R Insights & Trends, el 33% de los encuestados destacaron la importancia de que el propósito de la empresa esté alineado con sus valores personales al aceptar una propuesta profesional. Estar en un entorno no solo de reconocimiento, sino que tenga un propósito claro en su actuación y que nos haga sentir que pertenecemos a algo más grande, se ha demostrado como algo esencial para que tengamos una mayor motivación para dar lo mejor de nosotros en nuestras responsabilidades.
Pero, ¿cómo se puede construir y reforzar esto en la práctica? Al final, no basta tener buenas ideas, sino que deben plasmarse en papel con certeza frente a lo que se defiende, en teoría. Y, una de las mejores maneras que ha favorecido esto es, precisamente, proporcionar un espacio propicio para que cada colaborador crezca y se desarrolle. Que no solo cumpla con sus entregables, sino que pueda ir más allá, probando nuevas propuestas, sugiriendo cambios y explorando oportunidades que tengan sentido para él y sus ambiciones profesionales.
El estímulo al emprendimiento es una estrategia bastante alineada con este propósito, pero que aún no ha sido completamente explorada por el mercado. Nuestro país tuvo la tasa más alta de emprendedores en los últimos cuatro años. Pasamos del 31,6% en 2023 al 33,4% en 2024, pasando del 8,7% de la cantidad de negocios abiertos y establecidos por más de tres años registrado en 2020, al 13,2% el año pasado. Hoy, superamos a otras grandes naciones en ese sentido, incluyendo Reino Unido, Italia y Estados Unidos.
Una cultura corporativa que fomenta el emprendimiento y abre espacio para que compartan sus visiones e ideas promueve un mayor compromiso y rendimiento en cada uno, teniendo más autonomía para ser protagonistas en nuestro proceso de crecimiento profesional. Además, por supuesto, de sentirse más valorados y pertenecientes dentro del entorno corporativo, inspirados e incentivados a lograr resultados cada vez mejores.
Si miramos al mercado, no faltarán ejemplos de grandes actores que ya adoptan esta mentalidad en su cultura, como Google, Meta, Intel, Harvard y muchas otras. En Brasil, este movimiento también está ganando fuerza, algo que debe ser reforzado e incentivado ante ventajas expresas para una mayor productividad, atracción y retención de profesionales calificados.
Mirando en este escenario, adaptar la estructura interna bajo una nueva visión de holding es una de las opciones beneficiosas en ese sentido, fomentando la unión entre las partes para la construcción de resultados cada vez mejores en relación con los objetivos de ambos. Ellos pueden, por ejemplo, convertirse en socios de determinados proyectos, o aplicar distribución de beneficios basada en alguna meta específica establecida.
Además, es importante crear este sentido de pertenencia internamente, dando espacio para que creen su propio plan de negocios, en lugar de limitarse a lo que el mercado tradicionalmente fomenta, en cuanto al plan de carrera individual. Hacer que se sientan parte de lo que se diseña y aspira, teniendo un propósito mucho mayor que motive a todos a dar lo mejor de sí y a tener una fuerte ambición de lograr resultados cada vez mejores.
Cuando estas oportunidades de crecimiento y destaque son vistas, esa será el gran cambio para la inspiración y retención de profesionales. No suprimiendo su actuación, sino dándoles libertad para explorar, crear y aportar sus visiones en todo lo que pueda mejorarse.
Esta autonomía no necesita aplicarse en todos los cargos o niveles, correspondiendo a cada empresa comprender dónde esto tiende a ser más beneficioso para fomentar esa mayor inspiración internamente. El secreto estará en valorar la máxima autonomía de cada uno, en tener el famoso "sentido de pertenencia", desde una perspectiva de crecimiento organizada y basada en este plan de negocios frente a una mayor escalabilidad del negocio en su conjunto.