Después de un 2024 marcado por cambios significativos, impulsados principalmente por el avance de nuevas tecnologías, la integración de canales de compra y la mejora de la inteligencia artificial (IA) como herramienta de ventas, el comercio minorista entra en 2025 con expectativas aún más altas. El entusiasmo se refuerza por el informePerspectivas de bienes de consumo y venta minorista para 2025de la Economist Intelligence Unit (EIU), que proyecta un crecimiento global del 2,2% en las ventas, el porcentaje más alto de la década. Estos números reflejan un mercado en expansión, transformado por los cambios estructurales en la forma en que compramos y vendemos.
Una de las grandes protagonistas de esta transformación será la mayor integración entre canales físicos y digitales. El modelo omnicanal, que ya lleva un buen tiempo ganando espacio, debe consolidar aún más su posición como estrategia esencial por parte de los minoristas. Según estimaciones de Euromonitor International, las ventas en línea representarán el 30% del total del comercio minorista en Brasil hasta fin de año. Esta preferencia exige que los minoristas inviertan cada vez más en experiencias fluidas, que unifiquen el entorno físico y digital, ofreciendo conveniencia y consistencia en todas las etapas del recorrido de compra.
Al mismo tiempo, la IA y la automatización deben rediseñar las operaciones del sector. Desde chatbots en atención al cliente hasta la previsión de demandas y la gestión eficiente de inventarios, la tecnología se ha mostrado una aliada poderosa. Ella será responsable de una mayor precisión, optimizando procesos y anticipando necesidades, además de, por supuesto, garantizar una mayor agilidad. En un escenario cada vez más competitivo, los minoristas que se enfoquen en estas herramientas comenzarán a contar con una ventaja significativa en comparación con sus competidores.
Otro punto crucial pasa por la personalización. El apoyo de datos de consumo para crear experiencias únicas y relevantes será una tendencia irreversible. Los consumidores están cada vez más abiertos a esta práctica. Un estudio global de la consultora Cognizant señala que, este año, el público tiende a permitir que servicios de asistentes digitales, como chatbots, los ayuden a identificar ofertas relevantes. Sin embargo, es fundamental destacar que esta disposición a compartir información personal solo se mantiene cuando resulta en beneficios concretos, como descuentos exclusivos y recomendaciones a medida.
La sostenibilidad también ocupa un lugar central en el horizonte del sector. Hoy, los clientes, especialmente la generación Z, exigen transparencia y responsabilidad ambiental de las marcas. Un estudio de Nielsen revela que el 65% de los brasileños prefieren comprar a empresas con prácticas sostenibles. Para 2025, el compromiso con la sostenibilidad debe representar mucho más que una diferencia, sino un requisito básico para mantenerse relevante.
También hay que destacar que el comercio social sigue ganando espacio. Las redes sociales, influencers y afiliados desempeñarán papeles fundamentales en la promoción de productos y campañas dentro del entorno digital. La capacidad de realizar comunicaciones directas dentro de estos canales está cambiando la forma en que las marcas se conectan con su público. La prueba de ello es que, cada vez más, las plataformas están dispuestas a ofrecer un entorno propicio para experiencias personalizadas y comercialización facilitada en masa, combinando la conveniencia de las compras digitales con la influencia digital.
En resumen, 2025 será un año en el que el comercio minorista será más conectado, eficiente y consciente. Tecnologías emergentes, sumadas a las crecientes demandas de personalización y sostenibilidad, moldearán el sector. Para los minoristas, la clave está en abrazar estas tendencias y adaptarse a las nuevas exigencias de los consumidores lo más rápido posible. Al final, hoy no se trata solo de vender productos, sino de crear experiencias que realmente importen.