El auge de la inteligencia artificial (IA) está transformando industrias y aumentando la dependencia de centros de datos. El uso intensivo de recursos computacionales de la IA está generando un alto consumo de energía para operar servidores y mantener la refrigeración en estos espacios, destacando la necesidad de adoptar soluciones energéticas resilientes, eficientes y sostenibles para asegurar un suministro limpio, estable e ininterrumpido.
Por esa razón, la IA impone la expansión y modernización de los centros de datos en el mundo. Según un informe de Goldman Sachs, la demanda de energía en estos centros está proyectada para crecer un 165% hasta 2030, impulsada por la IA. La tasa de ocupación de centros de datos (actualmente del 85%) debe subir al 95% para fines de 2026. Además, se espera que la IA represente alrededor del 27% de la demanda de energía para 2027, frente al 14% de hoy.
Aunque los nuevos desarrollos recientes han mostrado una menor necesidad de energía para entrenamientos y funcionamiento de los modelos, el impacto energético de la IA sigue siendo significativo. Ante este escenario, los centros de datos necesitan invertir en una infraestructura que garantice la calidad de la energía, sin fallos. Y la solución para esto está en el UPS, que apoya a los negocios al proporcionar confiabilidad de energía, reduciendo riesgos de interrupciones que resulten en fallos en los sistemas de IA, con pérdida de datos y enormes pérdidas financieras.
Los UPS proporcionan mayor flexibilidad y eficacia operativa al funcionar como verdaderos centros inteligentes de gestión energética. Desarrollados con tecnologías de vanguardia y diseñados para tener una amplia longevidad, los UPS optimizan la distribución de energía y reducen los desperdicios en los centros de datos. Ellos permiten que los centros puedan escalar sus operaciones según sea necesario, sin perder potencia y logrando total estabilidad y previsibilidad. Con los UPS, las empresas pueden centrarse en sus negocios mientras se vuelven más sostenibles, monitoreando la salud de la red eléctrica y ajustando la distribución de energía según la carga de trabajo.
El avance tecnológico y el creciente uso de la IA han convertido la energía en un factor central en la competitividad de los centros de datos. Sin embargo, esta revolución solo será sostenible si se alimenta correctamente. Para las empresas que administran estos entornos, la cuestión va más allá de garantizar una disponibilidad continua, convirtiéndose en imperativo que también reconsideren cómo se gestiona la energía para evitar desperdicios, mitigar impactos ambientales y mantener la ventaja competitiva a largo plazo.
Invertir en sistemas robustos, como UPS de última generación, junto con estrategias de generación de energía inteligente, con énfasis en fuentes renovables, es esencial para que estos centros sean la infraestructura base que respalda la innovación y la seguridad de las iniciativas de IA. Así, con la revolución digital yendo de la mano de la revolución energética en los negocios, los centros de datos podrán dirigirse hacia un futuro responsable, sostenible e innovador.