La transformación digital ha reconfigurado, a escala global, los cimientos operativos y estratégicos del sector farmacéutico. En Brasil, este movimiento sigue la tendencia mundial, pero tiene especificidades que requieren adaptaciones profundas. La digitalización de la cadena farmacéutica nacional requiere no solo tecnología aplicada, sino también un rediseño de procesos, políticas públicas y modelos de negocio históricamente consolidados.
El avance de la digitalización, con la adopción de plataformas tecnológicas en las operaciones de farmacias, distribución y logística, representa más que un salto de eficiencia: es una transición estructural hacia un sistema de salud más integrado, receptivo e inclusivo territorialmente. Sin embargo, el proceso requiere coordinación entre diferentes eslabones de la cadena, desde la industria hasta el punto de venta, incluyendo proveedores de tecnología, startups, redes independientes y el propio Estado como regulador e impulsor de la innovación.
Según el informe de laInvestigación y Mercados(2021), se espera que el mercado farmacéutico global alcance los US$ 957,59 mil millones para 2028, casi el doble de lo registrado en 2020, con una tasa compuesta de crecimiento anual (CAGR) del 11,34%. Este dato revela un sector en franca expansión, impulsado por factores como el envejecimiento de la población, el aumento de la prevalencia de enfermedades crónicas y un mayor acceso de la población a los servicios de salud.
La emergencia de las healthtechs en el ecosistema de innovación también ha sido un vector relevante de esta transformación. Según datos de la plataforma Distrito, Brasil registró US$ 27,3 millones en inversiones en startups del sector solo en 2020, lo que indica que hay apetito de mercado y capital para iniciativas tecnológicas orientadas a la salud. Sin embargo, esta innovación aún necesita romper barreras culturales y operativas que fragmentan el sector.
Entre los principales cuellos de botella de la digitalización farmacéutica están la gestión de inventarios, la planificación de la demanda y la capacidad de generar datos accionables en tiempo real. Muchos de estos desafíos se derivan de un modelo de operación históricamente analógico, descentralizado y con baja integración de sistemas. Digitalizar este entorno no es solo conectar farmacias a una aplicación o comercio electrónico, sino construir una infraestructura técnica y regulatoria que soporte flujos de información continuos, interoperables y auditables.
En este escenario, los ecosistemas digitales farmacéuticos comienzan a consolidarse como alternativas viables para estructurar una cadena más cohesionada. Un ejemplo relevante es Farmácias Digitais (ecosistema del GrupoSC), que conecta a más de 4.000 farmacias en una red que no solo realiza transacciones, sino que opera con base en inteligencia de datos. La integración entre el control de inventario, los sistemas de cumplimiento regulatorio y la logística de la "última milla" permite reducir las rupturas de suministro, ampliar la previsibilidad de la demanda y garantizar la trazabilidad, un elemento esencial para la seguridad sanitaria y la lucha contra el fraude.
Una de las grandes ventajas de estos ecosistemas radica en la capacidad de conectar farmacias, muchas veces aisladas desde el punto de vista tecnológico y logístico, con el entorno digital del sector. Este movimiento contribuye a democratizar el acceso a soluciones de salud, mitigar las desigualdades regionales y fortalecer el papel de las farmacias como unidades esenciales en la atención primaria. La tecnología, en este contexto, se convierte en un mecanismo de inclusión productiva, reorganizando flujos logísticos y redistribuyendo inteligencia operativa a lo largo de la cadena.
La integración entre agentes del sector — como distribuidores, industrias farmacéuticas, healthtechs, universidades y organismos reguladores — será decisiva para la consolidación de un modelo de salud digital que contemple la complejidad del territorio brasileño.
Más que uma tendência, a transformação digital no setor farmacêutico representa uma necessidade estratégica para garantir competitividade, ampliar o acceso a medicamentos y consolidar un modelo de atención a la salud que sea contemporáneo a las exigencias de la sociedad conectada.