ComenzarArtículosDesenmascarando el greenwashing: ¿su empresa es parte del problema o de la solución?

Desenmascarando el greenwashing: ¿su empresa es parte del problema o de la solución?

En las últimas décadas, el tema de sostenibilidad ha ganado relevancia en las agendas corporativas, reflejando un creciente llamado por prácticas ecológicamente responsables. Como consecuencia, el mundo empresarial ha comenzado a exhibir frecuentemente etiquetas y sellos que buscan comprobar su cuidado con el medio ambiente, hasta como forma de conquistar la confianza de los consumidores conscientes. Hoy, esta tendencia abierta ha sido muy cuestionada sobre su verdadero impacto. Maquillar las hazañas organizacionales se ha vuelto algo tan común que el fenómeno ha recibido incluso un nombre: greenwashing,o al pie de la letra, “lavado verde”

En líneas generales, este es el nombre dado a la práctica de empresas que exageran o falsean su compromiso ambiental, ya sea por medio de la omisión de datos o por el énfasis desmedido en aspectos aislados (y frecuentemente poco relevantes) de sus operaciones. De forma intencional o no, la gran verdad es que la falta de transparencia y el marketing engañoso de las compañías intensifican esta práctica, ayudando a las corporaciones a tener un estatus de protagonismo ambiental incluso sin presentar evidencias científicas que justifiquen esa reputación

Alerta roja

Términos como “sostenible”, "eco" y "verde", pasaron a ser usados de forma indiscriminada y acabaron banalizados, resultando en consecuencias peligrosas como la desconfianza y la falta de una conciencia real sobre las cuestiones ambientales. Para ilustrar la dimensión del problema, un estudio de PwC reveló que el 98% de los inversores brasileños creen que esta práctica está presente en los informes de sostenibilidad de las empresas. Globalmente hablando, esa percepción sigue altísima, alcanzando el 94%. Los números demuestran una desconfianza generalizada sobre la veracidad de la información divulgada por el sector. 

En Brasil, la situación aún es complicada, una vez que prácticamente no hay movimientos destinados a la creación de normas que exijan información detallada y consistente de las corporaciones. La consultoría Bain & Company realizó un estudio que arroja luz sobre la percepción del consumidor acerca de la información proporcionada por las empresas: el 60% de los consumidores recurre a los envases para informarse sobre los orígenes y procesos que involucran estos productos y el 27% de los encuestados dice que la falta de información y transparencia sobre los procesos de producción sostenible es una barrera que impide una compra "confiable y segura"

Felizmente, medidas para abordar este problema ya han comenzado a ser vistas en varios países. El parlamento europeo, por ejemplo, aprobó recientemente una ley contra el greenwashing, exigiendo que las etiquetas y sellos ecológicos sean respaldados por sistemas de certificación reconocidos internacionalmente, representando un avance significativo para garantizar la transparencia y autenticidad de las alegaciones ambientales de las empresas

Es hora de cambiar

En un escenario de constante actualización, la regulación es crucial para estimular prácticas más robustas y transparentes. La unión entre sectores de la sociedad es esencial para impulsar normas que garanticen rigor en la información divulgada. Un otro estudio realizado por PwC revela que 59,El 5% de las empresas brasileñas ya evalúan cambios para cumplir con los requisitos del International Sustainability Standards Board (ISSB), uno de los consejos internacionales más renombrados relacionados con el tema. 

La Comisión de Valores Mobiliarios (CVM) demostró su compromiso con el tema al aprobar una resolución que obliga a las empresas cotizadas en la bolsa de valores a adecuar sus informes de riesgos ESG a las normas estandarizadas por el ISSB hasta 2026. La regulación se convierte en una pieza fundamental para asegurar que la transformación sea un proceso positivo para todos

En línea con esta directriz, recoger y difundir datos robustos, obtenidos a través de herramientas científicas son pilares esenciales para abordar la cuestión. Sin indicadores bien definidos y estructurados, muchas empresas podrán seguir enmascarando su verdadero impacto o, incluso, seguir creyendo que están actuando correctamente cuando, en realidad, están contribuyendo a la perpetuación del problema

La lucha contra el greenwashing en Brasil requiere una combinación de regulación rigurosa y un cambio de mentalidad empresarial. Es hora de exigir claridad y autenticidad en las prácticas dentro del contexto corporativo, adoptando medidas concretas y datos científicamente comprobados. Solo así podremos garantizar que los esfuerzos en sostenibilidad sean genuinos y efectivos, contribuyendo a un futuro verdaderamente más verde y transparente

Isabella Basso
Isabella Basso
Graduada en Comunicación por la USP y con Posgrado en Sostenibilidad por la Universidad de Cambridge, trabajó durante más de cinco años en el equipo de desarrollo sostenible de Braskem, donde fue responsable de temas como emprendimiento de impacto, cambios climáticos y gestión y estrategia en sostenibilidad. En 2023 fundó Zaya, una startup que escala el acceso al cálculo de impactos ambientales en empresas de todos los tamaños para que puedan gestionar y reducir sus impactos
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