Recientemente, el debate en torno a la escala 6×1 volvió a ganar bastante fuerza, tanto en internet como en las calles. Esto ocurrió después de que la diputada Erika Hilton (PSOL-SP) hiciera una propuesta de enmienda constitucional (PEC), solicitando la reducción de la jornada laboral de 44 a 36 horas y el fin de la escala 6×1. Sin embargo, si esta propuesta es aprobada, ¿cómo será de ahora en adelante?
Lo primero que las personas deben entender es que el fin de la escala 6×1 no significa descanso generalizado los fines de semana y que todos los servicios, especialmente el comercio, se detendrán el sábado y el domingo. Al final, existen los turnos de trabajo y los empleados de las empresas tendrán que dividirse, pudiendo sí trabajar los fines de semana, pero siempre que los dos días estén incluidos en la nueva escala, la 5×2.
Sin embargo, esta reducción puede ser un desafío para gran parte de las organizaciones que ya están acostumbradas a este modelo de escala de trabajo y que necesitarán tiempo para organizarse, ya que es probable que sea necesario contratar colaboradores, pero esto requiere rehacer los cálculos y hacer inversiones. Y sabemos que, desde el momento en que pesa en el bolsillo de los emprendedores, puede no funcionar muy bien a primera vista.
Un estudio realizado por Pontotel, empresa de gestión de horarios y jornadas en Brasil, con más de 500 mil empleados registrados en su plataforma de control de asistencia, afirma que el fin de la escala 6×1 podría afectar a millones de trabajadores y empresas en el país. Según la encuesta, este modelo predomina en algunos sectores: Alojamiento y alimentación (69%), Comercio (49,9%) y Actividades administrativas (35,1%).
Por lo general, las áreas que requieren un trabajo continuo, como por ejemplo la salud, tienden a seguir escalas diferentes y no hay posibilidad de dejar de adoptar la 6×1 u otra que sea. Muchos médicos hacen guardias de 36 e incluso 48 horas seguidas, todo depende de la demanda en el hospital y también de sus propias disponibilidades, por lo que no pueden ajustarse a este nuevo modelo.
La verdad es que todo lo que involucra el escenario laboral brasileño necesita ser evaluado con bastante cautela y sin precipitación. Y una aprobación sin la debida discusión y análisis de impactos a gran escala será peor no solo para el emprendedor sino también para el trabajador, ya que quien genera empleo es aquel y no el gobierno.
Lo ideal sería que exista un equilibrio, para que el emprendedor y los colaboradores en general no salgan perjudicados, sin embargo, es necesario encontrar un punto medio. En este sentido, es sumamente importante que los gestores de las empresas comiencen a evaluar la situación en la que se encuentran, para que sepan qué hacer si el fin de la escala 6×1 realmente ocurre en un futuro cercano.