La participación de la población en la logística inversa de equipos electrodomésticos y electroelectrónicos es de suma importancia para garantizar una disposición final ambientalmente adecuada de estos residuos. Tan importante que la legislación prevé la participación del consumidor dentro de la responsabilidad compartida por el ciclo de vida de los productos.
La implementación de este proceso se realiza mediante la recolección en puntos de recepción para este tipo de residuo, evitando su descarte en basura común o en la recolección selectiva convencional. Para que la logística inversa sea efectiva, es fundamental que la población siga algunas orientaciones al desechar estos productos, como separar los equipos electrodomésticos de otros tipos de residuos, asegurarse de que estén apagados, limpios y desecharlos enteros siempre que sea posible.
Se recomienda borrar los datos personales contenidos en los dispositivos antes de desecharlos, recordando que no hay forma de recuperar los productos después de su descarte. La correcta destinación de los equipos electrodomésticos y electroelectrónicos contribuye a evitar la contaminación del agua y del suelo, ya que muchos de estos productos contienen componentes tóxicos, como mercurio y cadmio. Además, se evita la contaminación del aire, especialmente en el caso de aparatos que contienen gases refrigerantes, como refrigeradores y aire acondicionado, que, cuando se filtran, pueden dañar la capa de ozono.
Es importante destacar que la población no tiene ningún costo para realizar la disposición correcta, ya que la logística inversa es costeada por los fabricantes e importadores. Al desechar correctamente, el consumidor contribuye a la preservación del medio ambiente y además gana más espacio en casa al deshacerse de equipos obsoletos o que ya no están en uso.
La concienciación sobre la logística inversa y la participación activa de la población no deben limitarse solo a las escuelas, sino extenderse a las empresas y a todos los hogares. Con la frecuente adquisición de nuevos productos tecnológicos, es fundamental que el descarte correcto de los equipos antiguos se convierta en un hábito, con el objetivo no solo del beneficio individual, sino también del colectivo y del medio ambiente.
Al participar en la logística inversa, la población contribuye a la reutilización de los materiales y componentes de estos equipos en la fabricación de nuevos productos, promoviendo la economía circular y reduciendo la necesidad de extracción de recursos naturales. De esta manera, todos salen ganando: el medio ambiente, las empresas y la propia sociedad, que se beneficia de un ciclo de producción más sostenible y responsable.