Materialidad: paso importante en las empresas hacia las prácticas ESG en 2025

La empresa que propone ser sostenible, alineando sus operaciones con el concepto ESG, tiene un largo camino por recorrer. En este viaje, un paso clave es la definición de su materialidad.

La materialidad puede entenderse como la definición de temas relevantes para la organización, en lo que respecta a estrategias y prácticas de sostenibilidad ambiental, social y de gobernanza. Está relacionado con los principales impactos que la organización promueve o está sujeta, y también con las oportunidades vinculadas a cada uno de sus riesgos.

Ya sean grandes corporaciones o pequeñas y medianas empresas, es fundamental considerar las particularidades de las organizaciones, incluso si operan en la misma industria.

El impacto de los temas para los negocios no es el único aspecto a considerar por la lente de la creciente materialidad. Asimismo, es fundamental arrojar luz sobre lo que interesa a los stakeholders, que son empleados, proveedores, clientes, consumidores, todas las partes agregadas, en definitiva, en este proceso.

Cada parte interesada tiene diferentes afinidades y comprensiones sobre lo que es más relevante en su vida diaria. Dependiendo de las condiciones sociales, económicas, ambientales, políticas e incluso geográficas, un empleado puede enumerar, entre otras cuestiones importantes, prácticas laborales, diversidad o relación con los líderes. Para la comunidad local, la relevancia del negocio puede estar, por ejemplo, en el potencial de generar empleos. Desde el punto de vista del empleado, el mayor interés es a veces la marca empleadora.

Frente a tantos intereses y necesidades específicas, la materialidad nos permite comprender la relevancia y el impacto que los temas aportan al negocio, y contribuye a la definición de prioridades de acción, definición de objetivos y estrategias y presentación de informes de resultados a todos sus stakeholders.

Esta comprensión proporcionada por la materialidad necesariamente necesita interpretar con precisión los sesgos revelados por cada parte interesada. En este sentido, reforzamos la importancia de comprender la “gentE” para desarrollar procesos apropiados, cohesivos y con resultados reales.

Con la perspectiva de reducir los riesgos asociados a estos sesgos, presentamos tres puntos que no deben descuidarse en el camino.

El primero es establecer una relación de confianza con cada grupo de stakeholders, precisamente para que exista un interés genuino en proporcionar información correcta y adecuada para la evaluación.

La segunda providencia consiste en aclarar cada uno de los temas materiales, alinear expectativas y brindar comprensión.

No menos importante, destacamos la necesidad de comprender a los grupos de partes interesadas y adaptar la comunicación con cada uno de ellos. No siempre podemos utilizar siglas, términos en inglés o referencias técnicas si nuestra propuesta es garantizar la comprensión de las partes interesadas.

La sostenibilidad y la adopción de prácticas ESG no sólo diferencian a una empresa en el mercado en 2025. Añaden verdaderamente un desempeño ambientalmente responsable y alineado con el desarrollo social que este año exige, teniendo siempre en cuenta el escenario actual y el contexto en el que se inserta la empresa.