Pocos sectores han evolucionado tan rápidamente como el comercio minorista de alimentos en Brasil. La combinación de presión inflacionaria, reanudación del poder adquisitivo y avances tecnológicos ha transformado no sólo el perfil del consumidor, sino también las estrategias de las empresas. El impacto es visible en formatos como el mayorista, las tiendas de conveniencia y los mercados digitales, que hoy configuran las compras de alimentos en el país.
Según el estudio State of Grocery 2024 de McKinsey, la participación de las ventas mayoristas en el sector saltó de 27% a 46% en seis años. Mientras tanto, los hipermercados perdieron espacio, representando solo 11% del mercado actual.
Andrea Éboli, Estratega de negocios con más de 25 años de experiencia, fundador y CEO del taller de soluciones corporativas EDR“El comercio minorista se adapta constantemente. La segmentación del consumo es una respuesta a las necesidades emergentes: ahorrar en lo esencial e invertir en lo que aporta comodidad o placer”, explica.
Ampliación de los atacarejos y su nuevo público
Los atacarejos ganaron protagonismo al combinar precios asequibles con una experiencia de compra orientada a la economía. Hoy en día, también están presentes en las zonas urbanas, atrayendo a consumidores de las clases media y alta. Las redes regionales también han migrado a este formato, ampliando aún más la presencia en el mercado.
Según Andrea Eboli, la permanencia del modelo va más allá de los precios.“O atacarejo ha conseguido romper el estigma de ser exclusivo de compras a gran escala. Muchos consumidores lo utilizan para sustituirlo, por la percepción de coste-beneficio en los productos cotidianos”, analiza.
En su último estudio, publicado a finales de 2024, McKinsey señala que la fidelidad es el próximo desafío. Para mantener el crecimiento, las grandes redes están invirtiendo en programas de puntos, mejoras logísticas y variedad de productos.
Redes regionales y gourmetización
Las cadenas regionales también muestran fortaleza, con un crecimiento anual promedio de 20% entre los 20 principales minoristas más pequeños. Al invertir en personalización, estos grupos han podido atender nichos específicos, equilibrando productos populares y premium.
Hoy en día, los consumidores buscan experiencias completas y stocks variados. Las redes regionales han comprendido la importancia de las alianzas con proveedores locales para ofrecer frescura y exclusividad, lo que hace leales a los clientes y aporta un sentido de comunidad, para ayudar al comercio local”, afirma Eboli.
Un ejemplo es la creciente demanda de tiendas gourmet, centradas en alimentos frescos y categorías premium. Estos espacios han atraído a clientes de perfil más sofisticado, fortaleciendo la participación de este segmento, que ya representa el 30% del mercado de supermercados.
La comodidad como diferenciador competitivo
Otro punto es el auge de las tiendas de conveniencia, que sumaron casi 1.000 nuevas unidades en 2024, especialmente en las regiones metropolitanas. Además de estar cerca del consumidor, destacan por el modelo omnicanal, que integra compras presenciales y digitales.
Con la rutina acelerada, la comodidad se convirtió en una prioridad. Si esta realidad ya estaba presente, se volvió aún más palpable en la pospandemia, con consumidores ya acostumbrados a recibir en casa una gama cada vez mayor de productos. “Las pequeñas compras resuelven situaciones como tomar un refrigerio rápido al lado del trabajo o comprar un ingrediente faltante por la aplicación de mercado del” barrio, comenta Andrea Eboli.
Para las empresas, esto resalta la importancia de comprender las pequeñas brechas de consumo e invertir en integraciones tecnológicas y geolocalización. “Estos comportamientos muestran que el consumidor valora el tiempo y la practicidad, lo que allana el camino para innovaciones en logística y ofertas segmentadas. Esta es una visión importante para los directivos que buscan destacarse en el mercado”, añade.
La entrada de tiendas en mercados y aplicaciones de entrega fortalece esta tendencia. Las cadenas de supermercados, por ejemplo, ofrecen opciones de recogida rápida o entrega en minutos, atendiendo a las urgencias de la vida cotidiana. Esta fusión entre tienda física y digital está creando experiencias que reducen el tiempo de permanencia del consumidor, sin renunciar a la variedad y la calidad.
Integración de canales y futuro del sector
El comercio electrónico de alimentos sigue teniendo una participación pequeña, pero está creciendo rápidamente. En 2024, más de siete millones de hogares realizaron compras en línea en el sector. Las redes que invierten en herramientas omnicanal, como investigación personalizada y entrega a domicilio, aumentan sus posibilidades de liderar el mercado.
Andrea Eboli resume la dirección del comercio minorista.“Fue una época en la que el consumo de alimentos se limitaba a compras presenciales. La estrategia ganadora es integrar comodidad, economía y experiencia. Cada vez más, los consumidores valoran el acceso a diferentes canales, ya sea en la tienda o en el móvil. Quien invierta en comprender estas preferencias estará preparado para el futuro”, concluye.